La escoliosis y una caída del caballo me dejaron sin poder moverme

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05 - 11 - 21
Contenidos mostrar 1 En mi adolescencia apareció la escoliosis 2 Primeros contactos con la quiropráctica 3 Me casé con un quiropráctico 4 La escoliosis se…

Con este testimonio, quisiera dar esperanza a todos aquellos que han sufrido de escoliosis y hernias discales. Para mí, no hay duda de que la quiropráctica es la mejor solución para ese problema. Si me hubiera sometido a una cirugía, como resultado hoy no podría doblar la espalda, ni correr, ¡ni montar a caballo!

En mi adolescencia apareció la escoliosis

A los 14 años me diagnosticaron escoliosis¹ después de un accidente en la cama elástica y un a visita al osteopata. No le dí importancia en ese momento y seguí una vida de deporte, montando a caballo y compitiendo con la cama elástica.
Cuando tenía 18 años, empecé a trabajar con caballos de Carrera, a pesar de tener alergia a los caballos, al heno y la paja. Era mi pasión, aunque estornudaba cada vez que limpiaba la cuadra. Un día monté un caballo muy bravo y cuando el caballo liberó su fuerza, en vez de detenerle con el equilibrio, usé mi espalda. Y claro, el caballo ganó. Al día siguiente no podía moverme.

Primeros contactos con la quiropráctica

Los dueños de la cuadra me mandaron desde Newmarket, donde vivía, a Londres para ver a su quiropráctico. De esa visita, sólo recuerdo que cuando me hizo ponerme de pie para hacer unas radiografías, me desmayé del dolor.
Volví a Londres, que estaba a hora y media de casa, tres veces más para ajustarme, pero desgraciadamente no era un quiropráctico vitalista. Sólo quería eliminar el dolor de espalda que tenía en ese momento, pero sin mirar hacia el futuro y mi bienestar a largo plazo.

Me casé con un quiropráctico

Con el tiempo encontré al amor de mi vida, que resultó ser ¡un quiropráctico! Como yo seguía con el dolor de espalda, me ajustaba con regularidad, pero esta vez, ya si, con el bienestar como principal objetivo.
En 2014 compré una moto de 250cc que me gustó mucho. Un día salimos con un gran grupo de amigos y paramos en un restaurante en la montaña. Desgraciadamente, al parar bajé la pierna izquierda al suelo sin darme cuenta de la cuesta, y me hice daño en la espalda al momento. Otra vez, no le dí importancia, mi cuerpo estaba caliente y mis músculos relajados. Pero al día siguiente el dolor de espalda me impedía moverme de la cama.
Como soy autónoma, enseguida tuve que incorporarme a trabajar. A lo largo de la semana me puse peor, hasta que un día, al iniciar la marcha tras bajarme del coche, otra vez me falló la pierna izquierda.
Al día siguiente no pude moverme. Como mi marido tuvo que irse a trabajar, llamé a un taxi, y tumbada en el asiento trasero, me fui a un hospital privado, donde me hicieron una resonancia magnética.

La escoliosis se complica

Como resultado de la escoliosis genética, tenía una sacralización. Eso quería decir, que la última vértebra lumbar empieza a calcificarse en el primer sacro. Y dado el desequilibrio de la espalda producido por la escoliosis, había tenido un prolapso de disco total entre la lumbar 4 y 5. La solución propuesta por el hospital fue operación inmediata.
Me fui directamente en taxi a la consulta de mi marido y le enseñé la resonancia magnética. Empecé a ajustarme utilizando una técnica muy suave, aunque profunda, llamada Activator. Y continué ajustandome dos veces al día durante una semana.Después, pude volver a trabajar.
Desde aquel momento, mi marido siempre ha estado pendiente de la aparición de posibles subluxaciones, porque no quiero volver a pasar por una situación tan extrema.
Sigo con una espalda “delicada” debido al estrés propio de padecer una escoliosis. Pero gracias al cuidado vitalista que recibo cada semana no he vuelto a tener una crisis.
Sigo montando a caballo, y ahora tengo una moto más grande, de 1000cc. No paro en todo el día, me muevo con soltura y estoy llena de energía. Estoy eternamente agradecida a la quiropráctica.
Sharon N.

El artículo apareció publicado en el libro Más Años en su Vida y Más Vida en sus Años.

En algunos casos se ha variado un poco la redacción para ajustarla a los usos del español.

Todas las historias publicadas aquí son reales, aunque la imagen no es la del protagonista, es de archivo. Asimismo, se reflejan los datos personales tal y como aparecieron publicados. 

La escoliosis es una curvatura anormal de la columna vertebral. La espina dorsal o columna, tiene algunas curvas que son normales, o fisiológicas, y otras que no lo son. En las regiones cervical y lumbar, la lordosis o una curva hacia el interior es normal.
Lo opuesto ocurre en la columna dorsal, la cifosis o una curva concava hacia delante es normal. Estas curvas de la columna se producen de adelante hacia atrás y en la escoliosis no ocurre estoy ya que es una torsión o rotación de la curva de la columna vertebral resultando en arcos que se asemejan  a las letras «C» o «S». (Ref. fisioterapia-online.com)

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