Cuando diagnosticaron a mi hijo de autismo y trastorno del procesamiento sensorial (SPD), tenía sólo dos años. Su sistema nervioso interpretaba el mundo que le rodeaba de forma distinta. Recuerdo un día en particular que no sabía cómo ayudarlo. Se había caído y se había lastimado, y corrió hacia mí llorando con los brazos extendidos,Leer más