Mi historia con la quiropráctica no es un camino de rosas. Llegué al Centro Quiropráctico en el año 2003. Después de unos 16 años soportando grandes dolores producidos por una lumbalgia que fui tolerando más o menos. Pero fue hace unos 6 años, cuando el dolor ya se hizo insufrible.
Había temporadas en las que tenía que hacer reposo total en la cama, sin moverme. Estaba tan mal, que en aquel momento un amigo me habló de la quiropráctica. Y fue mi salvación.
Mi principal problema era una lumbalgia terrible, que me producía dolor hasta la punta del pie. Y además también tenía dos hernias discales.
Como ya he dicho mi proceso no fue nada fácil, ahora lo veo tan lejano que ya no recuerdo lo mal que lo pase al principio. En un comienzo, cuando empecé con los ajustes quiroprácticos, no notaba mejoría. Y cuando se lo decía a la quiropráctica, ella me animaba a seguir. Después de insistir reiteradamente con el tratamiento quiropráctico mi lumbalgia empezó a remitir. Pero lo más sorprendente de todo fue, que mi médico de cabecera, un buen día, me comunicó que podía dejar el tratamiento de pastillas que tomaba para el corazón, puesto que ya no las necesitaba. Yo no salía de mi asombro. Había acudido a la quiropráctica por una lumbalgia y además se había estabilizado el corazón.
Comprendí entonces, que la pierna había tardado tanto en mejorar, porque los ajustes estaban ayudando a mi corazón en primer lugar, para después concentrarse en la pierna. Siempre ha habido prioridades 😉
Estoy muy agradecida. Ahora me encuentro muy bien, he recuperado mi movilidad articular y tengo una calidad de vida que nunca pensé que podría llevar. He dejado los medicamentos y me siento de nuevo capaz de todo.
Bibilani G.G
El artículo apareció publicado en el libro Más Años en su Vida y Más Vida en sus Años.
En algunos casos se ha variado un poco la redacción para ajustarla a los usos del español.
Todas las historias publicadas aquí son reales, aunque la imagen no es la del protagonista, es de archivo. Asimismo, se reflejan los datos personales tal y como aparecieron publicados.
¿Cuáles son los síntomas de la lumbalgia?
- Dolor en la zona inferior de la espalda.
- Dolor hacia la extremidades inferiores, llegando incluso hasta los dedos del pie.
- Sensación de adormecimiento que puede llegar hasta los dedos del pie.
- Debilidad en extremidades inferiores.
*Ref. www.aserhco.com